En el mundo de la tecnología, pocos símbolos son tan reconocidos como Tux, el pingüino que representa a Linux. Aunque no es un logotipo oficial, su historia es un reflejo del espíritu de colaboración y libertad que define al software de código abierto.
El origen de este emblema se remonta a 1996, cuando la comunidad de desarrolladores de Linux, liderada por su creador Linus Torvalds, buscaba una mascota. La elección de un pingüino no fue casual; fue influenciada por una anécdota personal de Torvalds, quien, en tono de broma, aseguró estar "infectado por un pingüino" tras ser mordido por uno. Esta anécdota, sumada a su visión de Linux como un "pingüino pequeño y juguetón", cimentó la idea.
Fue Larry Ewing, un estudiante, quien dio vida a la mascota en un concurso, utilizando el programa de edición gráfica libre GIMP. El resultado fue un pingüino regordete y de aspecto amigable que rápidamente fue adoptado por la comunidad. El nombre, Tux, es un ingenioso juego de palabras que, según diversas teorías, alude a la combinación de "Torvalds UniX" y a la palabra tuxedo (esmoquin, en inglés), en referencia a su plumaje bicolor.
A diferencia de los logos corporativos tradicionales, Tux fue liberado bajo una licencia abierta, lo que permitió su uso y modificación por cualquier persona. Esta decisión, que nunca le ha generado beneficios económicos a su creador, se convirtió en un símbolo de la filosofía del software libre, trascendiendo el ámbito de la informática para representar la resistencia contra los sistemas privativos.