El fútbol ha vuelto, pero esta vez con una dosis de polémica fuera del campo. LaLiga ha intensificado su lucha contra la piratería de una forma que está dando mucho de qué hablar: ha habilitado un canal de denuncias anónimas para que cualquiera pueda delatar a los bares que transmiten los partidos de forma ilegal. Esta nueva medida, que ha encendido un fuerte debate social, se suma a una serie de acciones controvertidas del organismo para proteger sus derechos audiovisuales.
LaLiga, que ya había sido criticada por los bloqueos masivos de direcciones IP y un polémico intento de espiar a los usuarios de su app, ahora se enfoca en el sector de la hostelería. Según el organismo, los bares que transmiten partidos se benefician de un aumento de clientes y consumo, por lo que deben pagar un paquete especial que cuesta 280 euros al mes. Sin embargo, muchos locales optan por atajos, lo que ha llevado a LaLiga a tomar esta drástica medida.
El sistema es simple: cualquier persona puede entrar al portal de denuncias, señalar a un establecimiento y adjuntar fotos como prueba. Si se confirma la infracción, las consecuencias para los negocios pueden ser durísimas, desde multas de hasta 75.000 euros hasta penas de prisión.
La polémica no es tanto por el objetivo, que es legítimo, sino por el método. Delegar la vigilancia en los ciudadanos y ofrecer el anonimato podría dar pie a abusos, como denuncias falsas motivadas por rivalidades o envidias. Además, no se ha especificado cómo se garantiza realmente el anonimato de los denunciantes, lo que genera desconfianza.
